• El eco de los movimientos sociales de la Sierra en la fuente documental de las actas capitulares municipales (III): Reivindicación sindical y ciudadana de un centro de salud

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1 de febrero de 2024 por 
Manifestación celebrada el 29 de mayo de 1978, a su paso por la plaza de la Trinidad (Foto: José Gómez).

[La serie documental de las actas capitulares de los archivos municipales constituye una fuente significativa para conocer aspectos destacados de los movimientos sociales y sindicales que germinaron en la etapa final del franquismo y principios de la transición democrática].
Un tercer ejemplo ilustrativo se refiere a una reivindicación de «comisiones» de obreros en materia sanitaria. Estas «comisiones obreras» reunieron en otoño de 1976 más de mil firmas de vecinos para pedir a la Dirección General de la Seguridad Social del Ministerio de Trabajo y a la Delegación provincial en Cádiz del Instituto Nacional de Previsión que acometiera un proyecto de centro de salud para la población, dado que «el ambulatorio existente, ubicado en la calle San José, se hallaba en mal estado». Según los obreros, el servicio que se prestaba era «deficiente», hasta el punto de que «había días en los que los usuarios se veían obligados a guardar cola en la calle, a la intemperie, por la escasa capacidad del local». Estas quejas las elevaron estas «comisiones obreras» al Ayuntamiento, que debatió el asunto en su sesión del 10 de noviembre de 1976. Los promotores de esta iniciativa pedían a la corporación que se adhiriera a esta petición y la pusiera en conocimiento del gobernador civil. El Pleno, al mostrarse «conocedor del problema», acordó unirse a la solicitud y enviar los pliegos de firmas, junto con un informe detallado, a la autoridad gubernativa, para que esta intercediera ante los organismos competentes para conseguir el centro consultorio proyectado. De nuevo, una demanda colectiva ciudadana prosperaba y la hacía suya la corporación predemocrática en plena transición.

Párrafo del acta capitular sobre la solicitud de varias comisiones obreras». Archivo Municipal de Ubrique, 10/11/1976.

Párrafo del acta capitular sobre la solicitud de varias comisiones obreras». Archivo Municipal de Ubrique, 10/11/1976.

 

Las gestiones ante las autoridades superiores dieron su fruto un año después. El 7 de octubre de 1977, el gobernador civil comunicó que el Ministerio de Sanidad y Seguridad Social había aprobado la instalación de un centro de salud en Ubrique, con una superficie construida de 1.204,66 metros cuadrados y un coste de 10.805.000 pesetas (1). Las condiciones para que prosperara este proyecto eran que el municipio cediera el terreno dentro del casco urbano y asumiera los gastos de conservación y mantenimiento una vez recepcionado el edificio. La corporación aprobó la propuesta ministerial, haciendo la salvedad de que la dotación de personal y material precisos para el funcionamiento del centro correría a cargo del Ministerio. En cuanto a los gastos de alumbrado, agua, etc., la corporación se comprometía a sumirlos, en la confianza de que en su día el Ministerio pudiera absorberlos.
Las centrales sindicales que en esa fecha tenían presencia en Ubrique, CNT, USO, CC.OO. y UGT, presentaron conjuntamente el 14 de octubre de 1977 un escrito a la corporación municipal en el que afirmaban que no se oponían «a todo aquello que pudiera representar un bien mejor para el pueblo», por lo que prometían su apoyo a «cualquier actitud que, como fin primero, sea beneficio del mundo del trabajo», y en el caso del centro de salud proyectado exigían que el Instituto Nacional de Previsión cumpliera «con su deber» (2). Estos sindicatos decían que habían tenido conocimiento de que «por parte de unos señores se convocaba al pueblo a una doble opción, relacionada con el consultorio, que, para atender a los asegurados y dado el deplorable estado en que se encuentra el lugar donde se atiende a los enfermos, se proponía: a) no abonar nada y esperar que el Instituto Nacional de Previsión (el obligado) lo hiciera; b) que, mediante una cuota de 100 pesetas por habitante se procediera, con la colaboración del Ayuntamiento, a habilitar un lugar más decente para atender a los enfermos y accidentados». Ante esta tesitura, los sindicatos convocaron a sus afiliados el domingo día 6 de octubre para hacerles ver la necesidad de que «se abstuvieran de firmar el compromiso de pago que se les proponía, por cuanto que se vio la marcada intención de que firmaran». Estos sindicatos subrayaban que, «como de manera expresa» se señalaba que «el Ayuntamiento y el pueblo debían por interés proceder a realizarlo», «acordaron en asamblea, previa reunión conjunta, pedir una entrevista para que se defina y sepa el pueblo a quién compete». Las centrales sindicales exigían para el consultorio «disponer de los medios necesarios para atender a los enfermos afiliados a la Seguridad Social», además de a jubilados, accidentados y personas incluidas en la beneficencia. Del mismo modo, se mostraban partidarias de que se atendieran también lo que denominaban «consecuencias del mundo laboral» de afiliados a otras compañías en caso de incendio o accidente de vehículo.
Los sindicatos locales replicaban a la tesitura a la que se quería someter al vecindario de cara a conseguir un centro de salud. Se expresaban así: «Queda claro que venir a pedir que sea el pueblo quien pague antes de exigir a que instale los medios quien cobra es pretender asimismo que siga incumpliendo quien debe y que pague otra vez quien lo ha hecho». Añadían que «sabiendo, como se sabe, la nueva estructuración de la sanidad en España, no querer esperar unos meses, habiendo sido capaces de esperar tanto tiempo, si no es protagonismo, que se diga si existe otra intención». Las centrales sindicales pedían a la corporación que constara en acta su postura «como primer acto legal, camino por el que seguiremos -añadían- antes que hacer uso de otros medios, que seríamos los primeros en lamentar». A este respecto, señalaban lo siguiente: «Para demostrar nuestra civilizada actitud, venimos por el camino del derecho y, desde este acto, serán más responsables quienes se opongan a la consecución del derecho de los trabajadores, que si estos, para reivindicarlos, tuvieran que tomar otras normas». En su escrito conjunto, los sindicatos añadían: «Es sabido que, teniendo el Ayuntamiento un contrato con el Instituto Nacional de Previsión, hasta ahora ha sido la causa que se ha interpuesto entre el Instituto y el asegurado». Por esta razón pedían que se iniciaran «los trámites para su definitiva cancelación», de manera que «una vez que cancelado fuere» quedaría claro y definitivamente a quiénes correspondería «atender la causa que se diere», y así quedaría «al descubierto la responsabilidad del encubridor».
El escrito conjunto de los sindicatos ubriqueños expresaba además lo siguiente:

«Podríamos, para dar contundencia a nuestra postura, aducir los muertos que ya ha padecido Ubrique por las circunstancias que hasta hoy [se han dado con] la Seguridad Social, pero como nuestra visión es de futuro, por el bien de Ubrique, del que de cualquier forma todos formamos parte, sin olvidar los que quedaron en el camino, las centrales sindicales y por sus medios propios harán valer sus derechos de cara a quien, de cualquier forma, se los niegue o se los obstruya».

 

Acta capitular en que se recoge el escrito de los sindicatos cnt, uso, cc.oo. y ugt de Ubrique (AHMU, 14/10/1977).

Acta capitular en que se recoge el escrito de los sindicatos CNT, USO, CC.OO. y UGT de Ubrique (AHMU, 14/10/1977).

 

Además de las centrales sindicales, un grupo de siete vecinos mostró al mismo tiempo su preocupación por el estado en el que se encontraba el consultorio y por «la carencia de otro centro sanitario de distinto orden». Estos vecinos anunciaron por escrito que emprenderían «una labor ciudadana con el fin de aunar fuerzas, reunir fondos y estudiar la manera de abordar la problemática sanitaria local, con el fin de, con el esfuerzo de todos, poder contar siquiera medianamente con una mayor dotación en esta materia» (3).
En la misma sesión del 14 de octubre, el alcalde reconoció que «efectivamente carecemos de una asistencia sanitaria eficiente y digna de la población, pese a las múltiples gestiones realizadas durante años, tanto con la Seguridad Social como para el establecimiento de otros centros sanitarios locales, sin resultados positivos, si bien consta, en cuanto a la Seguridad Social, [que] se tiene redactado un proyecto que se encuentra pendiente de aprobación en la Dirección General del Instituto Nacional de Previsión de Madrid (…), si bien podría estimarse que la nueva estructura administrativa de la sanidad en España, con la creación del Ministerio de Sanidad y Seguridad Social, podría ser la causa de este posible retraso en su ejecución» (4).
El Pleno aprobó darse por enterado del escrito unitario de las centrales sindicales y del de los siete vecinos, y manifestó que era «el primero en lamentar la continuada situación de inexistencia de centro alguno sanitario, tanto para atenciones municipales como de la Seguridad Social, no obstante tener esta villa ya 15.420 habitantes en el último censo, ser cabecera de comarca a efectos judiciales y administrativos, radicando aquí más de 200 industrias, existiendo domiciliados alrededor de 2.000 vehículos de motor». Al mismo tiempo, el Pleno aprobó colocar edictos en los lugares públicos de costumbre a fin de que el vecindario se pronuncie sobre la conveniencia o no de rescindir el contrato estipulado entre este Ayuntamiento y el Instituto Nacional de Previsión, de fecha 12 de enero de 1965, por el que se estableció un local consultorio para atender a los asegurados y beneficiarios de las distintas ramas de la Seguridad Social, ante las numerosas quejas que constan en este Ayuntamiento formalizadas por los vecinos de esta localidad y el escrito de las centrales sindicales, ya que es el Instituto Nacional de Previsión el obligado a la mejora del servicio y no el Ayuntamiento» (5).
La reivindicación de un centro de salud para la localidad se fue intensificando entre el vecindario. No solo las centrales sindicales promovieron esta reclamación. La petición la hicieron suya otros colectivos ciudadanos. Medio año después de que los sindicatos hubieran presentado en el Ayuntamiento su escrito conjunto en favor de este servicio sanitario, la reivindicación caló en la población hasta tal punto que el 29 de mayo de 1978, a partir de las siete de la tarde, se celebró una multitudinaria manifestación, autorizada por el gobernador civil, que reunió a entre cinco mil y siete mil personas, según los propios cálculos oficiales del Ayuntamiento. Esta manifestación había sido convocada conjuntamente por los sindicatos cc.oo., ugt, uso y cnt, la Asociación de Amas de Casa Nómadas y juntas de asociaciones de vecinos de Ubrique. Tras recorrer varias calles de la localidad, los manifestantes terminaron su protesta en la Plaza del Ayuntamiento, donde sus representantes hicieron entrega al alcalde de un escrito de conclusiones, tras haber sido leído públicamente y haber contado con el asentimiento de los asistentes. El acta capitular recoge que «esta manifestación discurrió con normalidad y se observaron en la misma pancartas alusivas al tema en cuestión, dejando patente una inquietud general de toda la población, pues en ella participaban personas de las distintas clases sociales de esta localidad» (6).

 

Manifestación celebrada el 29 de mayo de 1978, por la avenida de la Diputación (Foto: José Gómez).

Manifestación celebrada el 29 de mayo de 1978, por la avenida de la Diputación (Foto: José Gómez).

 

Manifestación celebrada el 29 de mayo de 1978, a su paso por la plaza de la Trinidad (Foto: José Gómez).

Manifestación celebrada el 29 de mayo de 1978, a su paso por la plaza de la Trinidad (Foto: José Gómez).

 

Manifestación celebrada el 29 de mayo de 1978, ante el Ayuntamiento (Foto: José Gómez).

Manifestación celebrada el 29 de mayo de 1978, ante el Ayuntamiento (Foto: José Gómez).

 

El texto suscrito por los sindicatos y demás colectivos sociales y entregado al alcalde tras la manifestación decía así:

«Como comisionados de esta manifestación en pro de un consultorio médico, miembros de las organizaciones locales, abajo firmantes, que durante largo tiempo han estado estudiando el grave problema sanitario que el pueblo de Ubrique tiene, colaboradores en su organización y desarrollo, no tenemos por más que congratularnos por el hecho de haber llegado a feliz término la misma. Y con el valor que ello da y nuestra responsabilidad creada, os hacemos llegar esta comunicación que emana del sentir y del deseo de cada ubriqueño, consciente de la grave situación y el peligro que supone para todos no contar con la mínima asistencia sanitaria capaz de salvaguardar nuestra integridad física, y que de una vez para siempre se emprenda el camino de la solución que todos esperamos a este problema, por otra parte tan debatido y por el que tanto se ha escrito en nuestro pueblo.
Por otra parte, y a tenor de la acción que ese Ayuntamiento ha llevado a cabo en los últimos días, como es el que habiéndose visto invadido desde la calle, por las tareas desarrolladas, en vista de lo que hoy nos reúne, no tenemos por más que agradecernos el que un grupo de hombres y mujeres de varias organizaciones locales han hecho reaccionar a las autoridades y en su reacción han elaborado un comunicado de cuatro folios en apretada literatura en la que ponen de manifiesto el trabajo desarrollado en pos de dar una solución al problema.
Pero entendemos que aparte de que no satisface a estas organizaciones y tampoco da una solución, ni tan siquiera vista de lejos, creemos que además viene un tanto tarde como información al pueblo; pueblo que por otra parte hasta poca información ha recibido de ese Ayuntamiento durante todo este tiempo atrás.
Debido, como este pueblo entiende, a la poca o nula atención real que ese Ayuntamiento ha puesto al problema sanitario que todos padecemos y que no cabe la posibilidad de alargarlo por más tiempo, entendemos que los pasos a seguir deben ser:
1º.- Manifestamos nuestro voto de censura a esa corporación municipal por la manera en que ha llevado arrastrando tanto tiempo y en perjuicio de nuestro pueblo el problema sanitario en general, y en especial al concejal responsable de la Sanidad local, ya que nos ha demostrado una y otra vez su negligencia en el desempeño de sus funciones, por lo que a pesar de no haber sido puesto por el pueblo, pedimos su dimisión del cargo que en otro momento le dieran.
2º.- Que no se demore ni un momento más el que contemos con un servicio de urgencia durante las 24 horas del día, equipado con el necesario servicio material, técnico y humano que responda al traslado urgente de un enfermo en estado grave.
3º.- La inmediata rescisión del contrato que ese Ayuntamiento tiene concertado con la Seguridad Social, y por más que se examine nunca le vemos la menor ventaja para los habitantes de este pueblo.
4º.- Exigimos que en el plazo máximo de un mes a partir de esta fecha, se comiencen las obras para la construcción del centro de salud que nos tienen prometido, siendo solo las autoridades competentes las responsables de lo que ello traiga consigo en caso contrario.
5º.- Entendemos, como se hizo constar en la carta-instancia dirigida al director del INP de Cádiz, que por negligencia en su trabajo y abandono de sus funciones, esta comisión pedirá su dimisión mediante firmas de los beneficiarios a la Seguridad Social en Ubrique, en suscripción abierta en todos los lugares posibles.
6º.- Hacemos saber a las autoridades que nuestra meta no es conseguir un cambio de ‘fachá’ o una limpieza general del local mal llamado consultorio, sino una verdadera y total asistencia sanitaria.
Y así lo hacemos saber las distintas organizaciones políticas, sindicales, ciudadanas y culturales que han intervenido en su elaboración y desarrollo, basadas en las necesidades de dar una real y auténtica solución al problema sanitario.
Ubrique, 29 de mayo de 1978. La Comisión».

En vista de la multitudinaria protesta, el alcalde convocó al día siguiente una reunión con los facultativos locales, con quienes se llegó a «la conclusión de la gravedad de la situación sanitaria en esta localidad, por las notorias deficiencias que presenta el actual consultorio, insuficiente tanto en su superficie como en sus instalaciones propias para la asistencia de casi cinco mil asegurados, que al rebasar este número y crearse un servicio de urgencia agravaría aún más el problema de la falta de local adecuado» (7). Lo sanitarios expusieron que «si bien lleva razón el vecindario de esta villa en protestar por el consultorio existente, demandando la rescisión del contrato, como medio para obtener uno mejor en un plazo más breve de tiempo, [a] los médicos de esta población, unos por no contar con vivienda y se hospedan en establecimientos hoteleros y otros porque sus consultas privadas las tienen en sus propias viviendas y son insuficientes, no les sería posible, en manera alguna, atender las visitas de los asegurados con sus propios medios». Estimaban que este consultorio podría instalarse en «algún local adecuado y amplio existente en esta villa». Proponían la parte alta del edificio de la AISS (antiguo Sindicato Vertical) u otro ofrecido gratuitamente por el farmacéutico Fermín Fatou Bohórquez, que también asistió a la reunión, siempre que la obra de adaptación se efectuase por quien correspondiera, o bien unos locales de la Caja de Ahorros de Ronda o incluso una instalación sanitaria prefabricada para establecerla en algún solar municipal. Cualquiera de estas opciones se consideraría provisional mientras no se construyera «el ansiado centro sanitario local». Los asistentes propusieron la celebración de una reunión entre miembros de la corporación municipal, facultativos y representantes de la comisión pro-consultorio.
Esta nueva reunión se celebró el 31 de mayo de 1978. En la misma participaron el alcalde y los concejales, los doctores Antonio Pérez Rodríguez y Salvador Algarra Aguirre, el farmacéutico titular, Fermín Fatou Bohórquez, y en nombre de la comisión pro-consultorio por CNT, José Maza Canto y Antonio Rodríguez Bazán; por CC.OO., Juan Pérez Atienza; por UGT, Antonio Domínguez García; por USO, José Rubiales Maza; por el PCE, José García Solano y Manuel Herreros Esquivel; por el Centro de Cultura Popular Andaluza, Francisco Orellana Mateos; por la Asociación de Vecinos Ubrique Alto, José Fernández Corral; y por la Asociación de Amas de Casa Nómadas, Ana María Rodríguez Angulo (8). Los representantes de la comisión pro-consultorio manifestaron que no se opondrían al local provisional que decidiese la corporación a la espera de la construcción del centro de salud.
Inmediatamente después de esta reunión el Ayuntamiento celebró un pleno extraordinario, en el que se aprobó mostrar su disconformidad con el voto de censura a la corporación y la petición de dimisión del concejal de Sanidad formulados por la comisión pro-consultorio, así como «solicitar de la superioridad que no se demore el establecer en esta localidad un servicio de urgencia permanente, equipado con el necesario material técnico y con los facultativos precisos para la atención y resolución de los casos que correspondan». También aprobó la cancelación del contrato que el Ayuntamiento tenía con el inp para el mantenimiento del consultorio en el plazo de tres meses y proponer a la superioridad un consultorio de nueva planta, no una limpieza general o un cambio de fachada del antiguo consultorio, en tanto no se construye el centro de salud. De igual modo, el Pleno adoptó el siguiente acuerdo a modo de ultimátum: «Esta corporación, ante la gravedad de los problemas planteados en relación con la asistencia sanitaria en esta localidad y el estado de ánimo del vecindario; consciente de la gravísima situación existente, en toda su amplitud, se manifiesta en el sentido de que si en el plazo de un mes no se tiene una promesa razonable y firme por parte de la administración encaminada a la solución del tan debatido problema, podría adoptar, en su día, como posible medida, la dimisión colectiva de todos sus miembros» (9).

 

Notas:
(1) Archivo Municipal de Ubrique, leg. 25, libro 56, Actas Capitulares, sesión de 14/10/1977, punto 13, ff 26-27.
(2) Archivo Municipal de Ubrique, leg. 25, libro 56, Actas Capitulares, sesión de 14/10/1977, punto 16 B, ff 27v-29.
(3) Archivo Municipal de Ubrique, leg. 25, libro 56, Actas Capitulares, sesión de 14/10/1977, punto 16 B, f 29.
(4) Archivo Municipal de Ubrique, leg. 25, libro 56, Actas Capitulares, sesión de 14/10/1977, punto 16 B, f 29v.
(5) Archivo Municipal de Ubrique, leg. 25, libro 56, Actas Capitulares, sesión de 14/10/1977, punto 16 B, f 30.
(6) Archivo Municipal de Ubrique, leg. 25, libro 56, Actas Capitulares, sesión de 31/5/1978, punto único, ff 106-110v.
(7) Archivo Municipal de Ubrique, leg. 25, libro 56, Actas Capitulares, sesión de 31/5/1978, punto único, ff 107v-108.
(8) Archivo Municipal de Ubrique, leg. 25, libro 56, Actas Capitulares, sesión de 31/5/1978, punto único, f 108v.
(9) Archivo Municipal de Ubrique, leg. 25, libro 56, Actas Capitulares, sesión de 31/5/1978, punto único, ff 110-110v.

Proyecto: Investigación sobre movimientos sociales y sindicales durante la dictadura franquista y la transición en la comarca de la Sierra de Cádiz.
Investigador: Fernando Sígler Silvera, historiador.
Entidad promotora: Área de Memoria Democrática de la Diputación Provincial de Cádiz, 2023.