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Entre la documentación del Legajo 1373 del Archivo Municipal de Ubrique destaca el informe que elaboró en 1965 el Consejo Económico Sindical Comarcal de la Sierra de Cádiz. Este informe se desglosaba en ocho ponencias, que versaban sobre la problemática y los retos que presentaban, respectivamente, los sectores de la agricultura, la ganadería, la cooperación, los transportes y las comunicaciones, el turismo y el conjunto de enseñanza, vivienda y sanidad, con un último apartado sobre los «problemas sociales».
«El informe se abría con un texto de la secretaría general en el que se decía lo siguiente:
Las cuatro comarcas estudiadas en este Consejo registran un estado de depresión económica que para muchos significaba el convencimiento de una situación imposible de superar; ahí precisamente arranca la justificación de este Consejo Económico, pues nuevamente el sindicalismo viene a romper el pesimismo, a remover las conciencias y a lanzar en una labor común a todos los hombres de la zona iluminados ya en un futuro prometedor que liberalice a los empresarios de los bajos niveles de renta y a los trabajadores de la ignominia del paro y de la momentánea y artificiosa solución de la emigración».
De entre las ocho ponencias, destacamos la referida a los problemas sociales, en la que se hace hincapié en la problemática del paro obrero. El texto del informe dice así:
«El paro en esta zona es un mal que en la práctica aún no ha encontrado remedios generales suficientes. La situación en la que se encuentra el obrero de esta comarca de la Sierra, siendo capaz de trabajar y deseando el trabajo, no encuentra ocupación en relación con sus fuerzas y sus condiciones profesionales (…). Si observamos las estadísticas de paro obrero de esta comarca, quedará razonadamente demostrado la necesidad de la creación urgente de puestos de trabajo, bien con la colaboración del Estado, municipio o sindicato y por encima de todo con la prestación y aportación del capital privado.
En Seguridad Social se pide la equiparación del obrero agrícola con los de las demás ramas de la producción, o sea, prestaciones sanitarias y farmacéuticas en su totalidad, mejoras de pensiones de vejez e invalidez, como se han llevado a efecto en la rama general. Instalación de los necesarios y precisos centros de salud de que carece la comarca de la Sierra en detrimento del trabajador, que por la más insignificante de las enfermedades se ve obligado a trasladarse 100 o más kilómetros de su domicilio, con pérdidas de jornales, viajes, etc.».
